1.- Keep Calm and Archaeometrize. Si. Esto de la ARQUEOMETRÍA requiere tiempo. Son muchas cosas nuevas las que hay que asimilar cuando tienes un material arqueológico en tus manos, quieres saber más de él y tu formación es estrictamente arqueológica-historiadora. Y es más que probable que tengas que volver a utilizar (o empezar a usar) alguna parte de tu cerebro que hasta entonces no habías usado. Aun así y llegados a este punto tienes dos opciones: te metes de lleno en esto, te matriculas en alguna asignatura, curso o master sobre arqueometría en alguna de las pocas universidades en que esta opción existe (España) o bien confías en alguien que pueda asesorarte o al menos ayudarte en la interpretación de los resultados que obtengas de cualquier analítica. Sea cual sea tu elección, lo que sí es imprescindible, es que sepas cuáles son las POSIBILIDADES Y LIMITACIONES que la arqueometría tiene. Es decir, ¿qué podemos saber a partir de los diferentes análisis que vamos a realizar sobre un objeto arqueológico? -> next point 2
2.- ¿Cuáles son esas aportaciones? Pues, en primer lugar debes saber que las posibilidades están condicionadas al tipo de material arqueológico que quieras analizar y a la técnica usada. Si analizas materiales orgánicos (hueso, carbón, etc.) con la técnica del carbono 14 podrás saber su antigüedad, siempre que no supere los 45.000 años, pero no sabrás cuál es su origen. En el caso de los materiales cerámicos, dado su práctica inalterabilidad en el tiempo (en otro capítulo hablaremos de las alteraciones químicas de las cerámicas), las posibilidades que se pueden obtener son bastante amplias. Si añadimos que las cerámicas son los materiales más abundantes en cualquier yacimiento que haya superado el neolítico, estamos ante un material que pueda aportarnos mucha información sobre las comunidades que lo han elaborado y han hecho uso de éste. Dicho esto, una cerámica puede aportarnos la siguiente información:
- Identificación: la muestra se identificará a partir de los valores obtenidos por el estudio químico, o por los minerales determinados por el estudio mineralógico o petrográfico. Será su DNI (Passport). Pero esta identificación resultará siempre pobre si no disponemos de un Grupo de Referencia* o un marco geológico con el que comparar. Si logramos esa comparativa podemos identificar e integrar o desasociar esa muestra en este GR o en un ámbito geológico determinado. Por eso es tan importante tener datos y GR ya establecidos previamente para que nuestra aportación sea lo más interesante.
- Proveniencia/origen: A partir de la composición química o petrográfica de una muestra se pueden obtener datos que nos permitan conocer el origen de las materias primas usadas, y a su vez de las propias cerámicas. Unos niveles determinados de un componente químico o de un mineral propio de una zona determinada, pueden ser claves para establecer una proveniencia.
- Tecnología: A partir del análisis mineralógico o petrográfico se pueden determinar ciertos aspectos relacionados con el proceso de elaboración de una cerámica. Por ejemplo, la difracción de Rayos X nos permite identificar los minerales primarios (aquellos que formaban parte las materias primas originales), los minerales de cocción (aquellos que se han formado durante la cocción a partir de la descomposición de los minerales primarios) y los secundarios (aquellas formados durante el proceso de enterramiento, y por tanto alteraciones). Con esta información, identificamos esta muestra, podremos compararla con otras, pero sobre todo podremos estimar la temperatura original de cocción. El análisis petrográfico, realizado con un microscopio petrográfico, permite determinar y cuantificar las diferentes inclusiones de la muestra, permitiendo su identificación y su posterior comparación con el resto. El análisis de las inclusiones o desgrasantes puede servir para reconocer aquellas que formen parte de las arcillas o bien aquellas que hayan sido agregadas de manera expresa para compensar la plasticidad de los minerales arcillosos. Existen otras técnicas que se incluyen en el grupo de las microscópicas, como la óptica (MO) o la electrónica de barrido (MEB), la cual tiene la ventaja de poder hacer análisis químico sobre un punto concreto o sobre un área. Es muy útil para analizar las superficies de las cerámicas (engobes, vidriados o barnices), por lo que se puede determinar cómo se fijaron estos elementos decorativos a la matriz cerámica.
Las aportaciones que la arqueometría tiene sobre otros materiales arqueológicos son más amplias y algunas ya fueron citadas en el post ¿Qué es la arqueometría?, pero para poder explicarlas con más detalle sería necesario hacer una sola entrada dedicada a cada material concreto.
3.- ¿Qué quiero saber de mi objeto arqueológico? Una vez eres consciente de la información que tu objeto puede decirte, debes decidir exactamente qué quieres saber. Probablemente querrás tener la máxima información y es en este momento en el que el factor técnicas disponibles y recursos económicos juegan un factor decisivo. Las pruebas suelen ser caras, aunque probablemente si te planteas hacer una analítica es porque dispones de medios y de un laboratorio “próximo”. En realidad, las técnicas que uno tiende a usar son aquellas que tienes a mano. Ya vimos en el post de técnicas más usadas la gran cantidad de técnicas de análisis químico que existen, así que a no ser que quieras usar una por algún motivo concreto o por adaptarse mejor al material de análisis (isotopos de plomo si es un plomo) acabarás usando aquella que esté próxima y cuyo técnico (en el mejor de los casos) pueda indicarte como se interpreta. En todo caso, las aportaciones ya quedaron resumidas en el punto 2, así que el conocimiento estará intrínsecamente relacionado con la técnica y con la interpretación que deriva de los resultados.
4.– ¿Qué hago con los resultados? Como ya he avanzado antes, una vez tienes los resultados empieza la parte importante: la interpretación. En arqueometría cerámica, los estudios se centran generalmente en el análisis mineralógico y químico, y cada uno se debe interpretar y tratar de manera diferente. En primer lugar, hay al menos un concepto básico, que a mi entender es sencillo pero que a veces se confunde, y que se encuentra precisamente en los conceptos mineralógico y químico. A modo de ejemplo, una cerámica está compuesta por diferentes minerales que se encuentran en las arcillas y en los materiales no plásticos que el alfarero puedo o no añadir (desgrasantes). A su vez, esos minerales tienen una composición química que varía y que puede alterarse (descomposición y formación de nuevos minerales) durante la propia cocción. Por tanto, un mineral está formado por diferentes compuestos químicos: por ejemplo la gehlenita es un aluminosilicato (Ca2Al(SiAl)O7) que se forma durante la cocción a partir de la descomposición de las arcillas (silicatos de aluminio con una composición química muy variable) y de la calcita (CaCO3). Aclarado esto, espero, lo siguiente es la interpretación propiamente dicha. Para ello, existen diferentes softwares que permiten interpretar, en el caso de la DRX, los resultados mineralógicos. Yo uso X’Pert de Highscore, siendo el equipo un Philips, y la base de datos Pcpdfwin en el que se encuentran las fichas de los diferentes minerales con todos los parámetros necesarios para su identificación. En el caso del análisis químico, el equipo, un espectrómetro también de Philips, me permite hacer análisis cualitativo de elementos mayoritarios-minoritarios y traza. Los resultados los trato luego con el programa libre r.project. En próximas entradas iré explicaré como se interpreta un análisis mineralógico paso a paso y desde 0 y cuáles son los pasos que empleo en el químico (algo que ya se encuentra bien detallado en mi tesis).
5.- ¿Qué puede pasar si los resultados no son los esperados? En primer lugar, cualquier resultado no es ni mejor ni peor ya que en todo caso son datos que pueden corroborar o desmentir una hipótesis previa, si la existía, o bien permitirá identificar la propia muestra. Lo que sí que es cierto es que cuando se busca una cosa concreta y no se encuentra o es diferente a lo esperado, puede parecer que se ha invertido tiempo o dinero en balde. Pero nada más alejado de la realidad. Otra posibilidad, sobre todo en el caso del análisis mineralógico por DRX, es que en la interpretación no sea del todo clara porque los picos no estén del todo definidos y se realice una interpretación con una alto índice de subjetividad que pueda ser discutible. Por eso, es conveniente hacer ambos análisis, el mineralógico y el químico, ya que las dudas que puedan tenerse en el primero puedan ser confirmadas a partir del segundo.
* Grupo de referencia es el nombre de aquel conjunto de muestras cuya composición química es muy similar y puede identificarse como un grupo formado por muestras que habrían sido realizadas con las mismas materias primas.