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Son varias las definiciones que pueden emplearse para describir qué es la arqueometría y para qué sirve. Yo entiendo la arqueometría como una disciplina que se basa en la aplicación de técnicas de análisis físico y químico sobre materiales arqueológicos para y por el conocimiento histórico. Desde el punto de vista etimológico, el propio término, formado por la unión de dos palabras de origen griego, ἀρχαίος (antiguo) y μετρία (medida), define el objetivo que ésta tiene: la medición de lo antiguo. El uso de esta palabra es relativamente reciente, ya que fue usado por vez primera en la Universidad de Oxford por el profesor Christopher Hawkes en los años 50, aplicándose con posterioridad a la revista Archaeometry en 1958, que empezó a publicarse en esta misma institución. Sin embargo, el uso de técnicas de análisis sobre materiales arqueológicos se remonta al siglo XVIII, cuando Anne-Claude Caylus, Marqués de Esternay (1692-1765) y uno de los padres de la Arqueología Moderna, analizó por vez primera los esmaltes negros y rojos de cerámicas áticas y terras sigillatas respectivamente1.

Desde de mi punto de vista, la arqueometría debe ser un complemento, una herramienta más al servicio de la arqueología y de la historia, y por tanto debe realizarse desde la perspectiva de un arqueólogo o historiador, que son quienes controlan la información del yacimiento y de los objetos arqueológicos que pretenden ser estudiados. El arqueólogo será, por tanto, el que plantee las incógnitas que deben ser resueltas a través del estudio arqueométrico. Pero éste, a su vez, debe ser conocedor también de las posibilidades y limitaciones de las técnicas utilizadas. La labor del arqueómetra es doble, ya que debe hacer propias las cuestiones que surjan de un estudio arqueológico, y también debe ser capaz de interpretar los resultados que deriven de los análisis arqueométricos.

En líneas generales, y partiendo de la definición descrita en el primer párrafo, la arqueometría es un medio para conocer ciertos aspectos relacionados con nuestro pasado histórico que aglutina los siguientes ámbitos:

  • Datación.
  • Análisis de Materiales.
  • Estudios paleoambientales.
  • Prospección geofísica y teledetección espacial.
  • Métodos de tratamiento multivariante (matemáticas y estadística).
  • Restauración y conservación de bienes de interés cultural.
  • Autenticidad de restos arqueológicos.

En este blog, el protagonista será el segundo de los campos, que se refiere al análisis de materiales arqueológicos y especialmente el de los cerámicos, principalmente porque mi trabajo y experiencia se ha centrado en el estudio de la cerámica, una de las manifestaciones culturales humanas más abundantes y presentes en todos aquellos yacimientos que superaron la frontera del neolítico.  A nivel teórico, las tres cuestiones que se pueden plantear a partir del análisis de materiales arqueológicos son tres (Buxeda et al. 2008):

  •  Identificación: se refiere al análisis composicional de las materias primas que forman el objeto arqueológico estudiado. La identificación y clasificación tipológica de un material cerámico se puede realizar a partir de la observación macroscópica, pero desde el punto de vista arqueométrico se realiza a partir del análisis químico, mineralógico y petrográfico.
  •  Proveniencia: los estudios de proveniencia se centran en la determinación del origen de las materias primas, que se lleva a cabo a partir del análisis químico y petrográfico.
  •  Tecnología: se refiere al proceso de elaboración de las cerámicas y que supone la modificación y manipulación de un material o de unas materias primas (piedra-metal-tierras) y su transformación en un objeto que será utilizado por el ser humano. Para conocer el proceso tecnológico es habitual el uso de técnicas de análisis químico, mineralógico y petrográfico2.

En las últimas décadas la realización de estudios arqueométricos en España ha ido creciendo considerablemente. Existen varios artículos en los que se recogen la evolución y las tendencias que se han ido imponiendo en este ámbito, tanto a nivel internacional como nacional (García Heras 1997; Montero Ruiz et al. 2007; Vidal y Raimundo 2008; Peña Poza et al. 2011, etc.). Sin embargo, no todos estos estudios se han realizado partiendo de una metodología clara ni con un propósito bien definido. A mi entender, un estudio arqueométrico debería ser realizado a partir de un equipo pluridisciplinar, que puede y debe estar formado por químicos, geólogos, matemáticos, etc., pero que debería estar “dirigido” por el arqueólogo, historiador, historiador del arte, etc., que es quien, insisto, tiene todo la información del objeto analizable y del contexto en que éste se encuentre. No siempre se aprecia, en las publicaciones arqueométricas, la existencia de un trabajo conjunto. El futuro de la arqueometría debe partir precisamente del entendimiento de todas aquellos investigadores que trabajan en este campo, y por ello es también necesario la existencia de un lenguaje común que permita el entendimiento entre todos3.

1 En la próxima entrada se tratará de manera extensa los primeros trabajos arqueométricos, desde el siglo XVIII hasta la actualidad.

2 En próximas entradas se desarrollará con más precisión estos tres conceptos básicos en el análisis de materiales cerámicos.

3  En próximas entradas se hablará sobre este asunto con más detenimiento.

 

Buxeda i Garrigós J., Madrid i Fernández M., Iñañez J.G. y Vila Socias L. (2008): Arqueometría cerámica: una arqueometría cerámica amb més informació, Cota Zero, Vic, 23, pp.28-53.

García Heras, M. (1997): Estudio bibliométrico de los trabajos de caracterización sobre materiales cerámicos arqueológicos de España: una valoración, Revista Arqueológica de Ponent, 7, pp.129-150.

Montero Ruiz I., García Heras M. y López Romero I. (2007): Arqueometría: cambios y tendencias actuales, Trabajos de Prehistoria, 64, 1, pp. 23-40.

Vidal A. y Raimundo P. (2008): Bibliometric Analysis on the historical evolution of archaeometry: a comparative study between latin America and Spain.

Peña Poza J., Garcia Heras M. y Villegas M.A (2011): The archaeometric study of ceramic materials in JCR journals and conference proceedings during the last decade 2000-2010, Boletín de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, 50, 4, pp. 185-192.